- Lonzo Ball, luego de dos temporadas con los Lakers y dos con los Pelicans, se unió a los Bulls, donde consolidó sus mejores estadísticas en términos de producción por juego. A pesar de esto, las lesiones han sido un problema recurrente en su carrera.
- El base sufrió una cirugía de menisco desgarrado en enero, lo que limitó su participación a solo 35 partidos. Aunque se esperaba su regreso en seis semanas, las actualizaciones sobre su salud no han sido alentadoras.
La historia de Lonzo Ball en la NBA ha sido un constante enfrentamiento entre su potencial en la cancha y los desafíos físicos. Si bien mostró destellos de grandeza con estadísticas impresionantes como 13.0 puntos y 5.4 rebotes durante su tiempo con los Bulls, su fragilidad física ha sido su talón de Aquiles. Este patrón de lesiones ha impulsado a Chicago a asegurar a Goran Dragic, fortaleciendo su espalda con jugadores como Alex Caruso y Coby White. Ball brinda un prometedor impacto cuando está saludable, especialmente como un defensor élite y un eficiente organizador de juego. Sin embargo, la incertidumbre sobre su condición física hace que sea una apuesta arriesgada en las ligas de fantasía, donde conseguir incluso 40 partidos de su parte sería un logro. Su capacidad para revolucionar el ritmo de juego y cambiar las dinámicas de un encuentro es innegable, siempre y cuando el cuerpo lo permita. Con cada temporada, la expectativa y la esperanza de ver a Ball en su máximo esplendor continúan, esperando que las lesiones finalmente queden atrás.
Fuente: Vanguardia
Esta historia aún se está actualizando…