- Max Holloway y Justin Gaethje protagonizaron uno de los combates más esperados de UFC 300, compitiendo por el título ceremonial BMF.
- La pelea culminó con uno de los nocauts más espectaculares en la historia de la UFC, dejando a la audiencia y a los comentaristas impresionados.
En el transcurso del combate, Max Holloway demostró por qué es uno de los favoritos del público con su estilo característico de golpes voluminosos y boxeo preciso. Durante el primer round, un giro inesperado ocurrió cuando Holloway lanzó una patada giratoria que dejó la nariz de Gaethje ensangrentada, un factor que no detuvo al perseverante contendiente. A pesar de esto, Gaethje continuó avanzando arduamente, castigando a Holloway con sus famosas patadas a las piernas y logrando un derribo en el cuarto round. Ya en los compases finales del quinto asalto, Holloway era claro ganador en las tarjetas de los jueces. Sin embargo, en un acto característico del título BMF, invitó a Gaethje a intercambiar golpes en el centro del octágono, desatando la emoción de la multitud. Fue entonces cuando se produjo el momento decisivo: Holloway conectó un derechazo perfectamente sincronizado que mandó a Gaethje de cara contra la lona con solo un segundo restante en el reloj. Este nocaut no solo le otorgó a Holloway el título BMF, sino que también reforzó su reputación como uno de los luchadores más electrizantes de la historia del deporte. Así se consagró como el nocaut del año 2024 para los premios de LowKick MMA.
Fuente: Vanguardia
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